May 04, 2020 17:34
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La semana pasada, a las 20hs comenzaron a resonar cacerolas en distintos balcones y ventanas. No reclamaban la falta de agua en la villa 31, ni las rebajas salariales que están aplicando algunos empresarios y negociando algunos gremios. Se trata de un sector de la población argentina que rechaza lo que muchos medios hegemónicos denominaron - ¿por error?- “la liberación de presos”. “En todo esto no se pone en cuestión las condiciones en las que están los detenidos, sino por el contrario que se debe aislar a una parte de la sociedad como modo necesario para resguardar la seguridad de todos", dijo Florencia Beltrame, Socióloga, docente del Seminario de Justicia y Derechos Humanos de la UNLa, trabajadora de Instituto de Justicia y Derechos Humanos, y parte del Tribunal Experimental Internacional en mediación de la UNLa. Y agregó: "Es una tendencia que se dio en los últimos años, que se denomina populismo penal, e implica abordar los temas de seguridad a través de medidas cada vez más severas, de tolerancia cero o mano dura. Esta serie de medidas no ha mostrado éxito en bajar los niveles de conflictividad social o el delito, sino que muchas veces funciona agravando la situación y provocando la reproducción de la violencia. Esto también fomenta a la estigmatización de las personas que están en situaciones de encierro y una reproducción de la desigualdad social”. Read more
La semana pasada, a las 20hs comenzaron a resonar cacerolas en distintos balcones y ventanas. No reclamaban la falta de agua en la villa 31, ni las rebajas salariales que están aplicando algunos empresarios y negociando algunos gremios. Se trata de un sector de la población argentina que rechaza lo que muchos medios hegemónicos denominaron - ¿por error?- “la liberación de presos”. “En todo esto no se pone en cuestión las condiciones en las que están los detenidos, sino por el contrario que se debe aislar a una parte de la sociedad como modo necesario para resguardar la seguridad de todos", dijo Florencia Beltrame, Socióloga, docente del Seminario de Justicia y Derechos Humanos de la UNLa, trabajadora de Instituto de Justicia y Derechos Humanos, y parte del Tribunal Experimental Internacional en mediación de la UNLa. Y agregó: "Es una tendencia que se dio en los últimos años, que se denomina populismo penal, e implica abordar los temas de seguridad a través de medidas cada vez más severas, de tolerancia cero o mano dura. Esta serie de medidas no ha mostrado éxito en bajar los niveles de conflictividad social o el delito, sino que muchas veces funciona agravando la situación y provocando la reproducción de la violencia. Esto también fomenta a la estigmatización de las personas que están en situaciones de encierro y una reproducción de la desigualdad social”.