Un disco grabado bajo el cielo infinito del desierto del Sahara, al costado de un camino milenario recorrido por el pueblo tuareg. Así fue grabado el disco de Tinariwen que recorreremos mañana en LA TRIBU 88.7 FM. Acompaña a Daniel Ríomalo, quien narrará una historia que dialoga con esta colección de canciones titualada Admajar. También escucharás la columna Contra|tapa de Marco Maldonado, que cuenta la historia de una gloria ¿bien? olvidada del rock.
"Desde mi punto de vista como lector uno de los atractivos de la novela negra contemporánea, es la variedad de orígenes geográficos de los autores y, consecuentemente, la heterogeneidad de escenarios y culturas donde se desarrollan las narraciones. Por tratarse de un género eminentemente realista, muchas veces, la lectura nos pone en contacto con identidades remotas que tal vez nunca imaginamos llegar a conocer, ni siquiera a través del relato literario. Será por mi formación como lector insaciable de Julio Verne en la infancia, pero el viaje libresco me resulta particularmente satisfactorio si la obra que lo sostiene es valiosa. La calidad literaria es un requisito insoslayable, el qué se narra y cómo se lo hace, al igual que el conocimiento profundo y la mirada inteligente del autor sobre ese territorio donde transcurre el relato. Si les cuento ésto, es porque esta capítulo 86 de “El dulce veneno de la novela negra” está dedicado a un escritor al que leí muy recientemente. Un autor que sitúa sus novelas en geografías poco o nada frecuentadas por el género, que desde aquí, en el Sur de América, nos resultan exóticas y remotas. El autor es Tomás Bárbulo, las novelas, “La Asamblea de los Muertos” y “Vírgenes y verdugos”, los territorios, Marruecos, Mauritania, el Sahara y una región un tanto difusa entre Siria e Irak, dominada en algún momento por ISIS, el Estado islámico." Gabriel Marcelo Wainstein