Editorial.
Las elecciones nacionales colocaron en el gobierno a un esperpento que comienza su quinto mes, secundado de una colección de personajes grotescos. Vivillos, marginales, amorales y mafiosos que, tras de sí, tienen al poder real, que se nuclea en el Círculo Rojo, para beneplácito de La Embajada. Alianza de negocios que no tiene empacho en utilizar a sujetos de esta calaña para alcanzar la maximización del saqueo y la total domesticación de las mayorías.
Peero... el primer ruidazo, espontáneo, se desató a horas de la transmisión por los medios que hizo NiLey para contarle al pueblo cuáles eran los aspectos más salientes de su Mega DNU 70/23, plagado de ilegalidades e inconstitucional y nulo por dónde se lo mire.
La temprana reacción de la CGT junto a las Centrales de Trabajadores y Movimientos sociales, mostro que hay un pueblo. Pensante. Resistente. Respaldado por sus organizaciones, en las sucesivas movilizaciones de los distintos sectores que se fueron sumando, trabajadores de la Cultura y la Comunicación, las Mujeres y Disidencias, los Universitarios y de la Educación en general. La marcha del 24 de Marzo, donde la gran mayoría de la sociedad confluyó masivamente en defensa de los Derechos Humanos. Y como cierre, la marcha de las y los Trabajadores el 1° de Mayo, y luego, el Paro Nacional, que detuvo al país, y mostró el verdadero peso del sector.
Para quienes militan la humillación del pueblo, y los que suman la autodenigración al sonsonete despreciativo de las cualidades y capacidades de la Argentinidad, recordamos que Néstor Kirchner, logró recuperar la autoestima y la confianza en sí misma de una sociedad que fue reconstruída sobre la base histórica y moral de Memoria, Verdad y Justicia, el reconocimiento y reivindicación de los 30 Mil, y de nuestros Héroes de Malvinas.
Por esto mismo, la extrema derecha en su versión más bizarra, se encarniza contra esas políticas. Más allá de sus peculiaridades, ni siquiera en esto la experiencia de NiLey puede alegar originalidad: el desprecio de lo propio es de muy larga data, y tiene que ver con el viejo proyecto de dominación colonial de nuestra región, reversionado como “Anarco Colonialismo”, como definió Cristina Kirchner.
Comienza a evidenciarse que, si no hay traición en el Congreso, y si hay dignidad en la dirigencia, el destino de la experiencia más extravagante de nuestra historia debe comenzar a declinar. Pero también, queda claro que hay necesidad de una dirigencia a la altura de la etapa, capaz de sumar al proyecto nacional y popular más amplio, que incorpore a las mayorías populares en la construcción de la fuerza popular y participativa que fortalezca nuestra Democracia, y reconozca el liderazgo indiscutible de la única presidenta post dictadura, que fue sistemáticamente denigrada, a quien intentaron asesinar y fue proscripta, por sus aciertos en defensa del pueblo y de la Patria.
Solo el pueblo salvará al pueblo, y el pueblo está en la calle.