Hoy nuestra Silvia Mercado, realizando preguntas incisiva, duras, directas al conductor de nuestro programa, que no supo que responder.

El 1º eje central de este libro es la MEMORIA, nada más que eso, lo que busco es que lo que vivieron los soldados judíos en la guerra de Malvinas sea recordado, incluso cuando ellos no estén más.
Los 2º es para la sociedad argentina, para cuando uno se encuentre con energúmenos que dicen que si sos judío no podes cantar el himno, sepan que estos muchachos estaban ahí, que cuando las papas quemaban y había que ponerle el pecho a las balas, ellos estaban ahí y nadie les preguntó si eran judíos o musulmanes o católicos, fueron como un ciudadano más que es lo que son.
3º para su familia, para que sepan lo que hicieron sus abuelos... acá está ese testimonio.
Los soldados judíos de Malvinas saca a la luz, por primera vez, las historias de vida de
un grupo de jóvenes que fueron enviados a la guerra cuando la Argentina más lo
necesitaba y que, en buena medida, se vieron sometidos al maltrato antisemita de sus
superiores.
https://hebraica.org.ar/pagoshebraica/producto/los-soldados-judios-de-malvinas/

Silvia Mercado entrevista a Nicolás Lucca en @laoncediez

Buscando archivo periodístico sobre Olivos no encontré mucho, vi un hueco y pensé a este libro lo escribo yo.
La Residencia Presidencial de Olivos, desde su donación hasta la actualidad, ha sido el espacio íntimo del poder en la Argentina. El libro de Soledad Vallejos retrata usos y costumbres de los distintos presidentes y sus familias, de trabajadores, de ocupantes ocasionales y visitantes, a partir de una rigurosa y amplia investigación, y con una prosa ágil y atrapante.

Para ser verdadero y posible LO ORGÁNICO TENDRÍA QUE ESTAR ALEJADO DE LA CIVILIZACIÓN. Adriana Saidón
Aplicar criterios éticos a la alimentación no resuelven los problemas del hambre. Los vegetarianos terminan funcionando como pequeñas sectas y todos los que están afuera estamos equivocados,.
Cada vez más personas se entregan en cuerpo y alma a una vida verde: no comen animales ni derivados, fabrican su propio compost, miden sus emisiones de carbono con el cuidado que otros ponen en tomarse la presión. Pero esa militancia ¿es una convicción o una impostura? ¿Es lo verde completamente verde? ¿Qué dice la letra chica de los champús que se promocionan como libres de parabenos o de los alimentos que se presentan como naturales? ¿Quién puede comer orgánico y controlar sus emisiones de carbono si cobra el salario mínimo o tiene que viajar tres horas por día para ganarse el pan?

El terremoto digital que comenzó a mediados de la última década del siglo XX tras el surgimiento de Internet, y que se extiende hasta hoy con la revolución de las redes sociales y los dispositivos móviles, erosiona tanto la relevancia social como la sustentabilidad económica de la industria de los medios de comunicación.