Con distintas modalidades y protocolos según juridicciones, el retorno a clases ya es un hecho. En CABA, Santa Fe, Santiago del Estero y Jujuy arrancaron esta semana. En CABA lo hicieron el nivel inicial y los primeros grados de la primaria. El 01 de marzo está anunciado el retorno en provincia de Buenos Aires. Sin embargo, no es un inicio como cualquier ciclo lectivo, ya que les niñes vienen de un año sin clases, con aislamiento, con distancia y lo han atravesado de formas muy disímiles.
En la UNLa, desde el grupo de Investigación “Niñez, Derechos Humanos y Salud Mental” trabajaron durante el año pasado en torno a las infancias en la cuarentena. ““La vuelta al espacio público es un desafío. Ese espacio público se construyó en los momentos de ASPO y DISPO a través de las recomendaciones públicas, a través de la circulación en los medios de comunicación (que a veces se transforma en infodemia), como un ámbito peligroso, el contacto con el otro como un una fuente de contagio y necesariamente como un ámbito peligroso”, dijo el Dr. Alejandro Wilner, integrante del equipo de investigación, médico pediatra, docente investigador a cargo de la implementación de la Especialización en Salud Mental del Dto de Salud Comunitaria.
En este sentido, Wilner explicó que necesariamente hay que desandar ese camino que construyó el espacio público como peligroso, “explicar que la vuelta al espacio público y el contacto con el otro es una posibilidad real, aunque es necesario mantener cuidados. No se puede volver de cualquier manera al espacio público, no se puede contactar al otro de cualquier manera, es necesario un espacio cuidado para eso. Encontrar nuevas formas del contacto físico, de manera que todas estas situaciones sean promotoras de salud y no de enfermedad”. Y recalcó: “Esto necesariamente debe ser discutido con los niñas, niños adolescentes. Tienen opinión sobre esto y es importante reconocerla, recabarla y tenerla en cuenta para los modos en que se vuelva al espacio público”.
Respecto a los malestares de les niñes en torno a la pandemia que observaron durante la investigación, Wilner indico que reconocieron “enojos inesperados o injustificados, ansiedad, angustia frente a determinadas situaciones, problemas para dormir, en la alimentación. Estas situaciones son reconocidas en momentos estresantes como son los de la pandemia, y es importante no patologizar estas situaciones y asumirlas como expresión del malestar de niñas, niños y adolescentes. Malestar que también tenemos los adultos y que podemos expresar de otra manera”.